



¿SE HARA JUSTICIA
O NOMAS
INTERVENDRA LA CONTRALORIA?.
El nuevo caso de “la última y nos vamos” del alcalde Sixto Zetina se presenta como un nuevo desafío ante la autoridad municipal. ¿Habrá una investigación para que se esclarezca y se haga justicia o como hasta la fecha nomás intervendrá la Contraloría Municipal?.
La duda de la ciudadanía no es gratuita y no es de ahora. Es una verdad histórica que la creación de la Contraloría Municipal fue todo un fracaso desde que se creó a principios de los 90.
Todavía están presentes los nombres de algunos de los primeros Contralores y otros de triste memoria han sido olvidados. La que nunca fue olvidada fue la progenitora de ellos en no pocos casos en que ésta dependencia investigadora resultó un fiasco.
Este apéndice en el gobierno municipal se creó para fiscalizar a la autoridad municipal. Desde un principio se vió muy prometedor que el Contralor Municipal fuera nombrado por la primera minoría en el Ayuntamiento. Se dio por garantía que era suficiente que un partido opositor al gobierno fuera quien le cuidara las manos.
El primer contralor fue don Julio Di Bella Prieto un hombre prudente y muy serio que no se sabe si hizo un gran trabajo o nulo, ya que nunca trascendió alguna de sus investigaciones. Le tocó vigilar a uno de los últimos gobiernos del PRI y su trabajo fue todo un enigma pues se mantuvo de principio a fin sin dar entrevistas a los medios de comunicación.
Después de la primer etapa de oscurantismo sobrevino todo lo contrario con Gerardo Zavala Procell a quien se le criticó por su protagonismo recalcitrante. Este Contralor construyó toda una trayectoria política sobre sus escándalos como Contralor por sus filtraciones de todas las investigaciones de su dependencia.
Bueno o malo, pero la Contraloría se convirtió en una dependencia clave. Desafortunadamente los sucesores tuvieron un papel tan gris y hasta dudoso que hicieron caer a la Contraloría en la decadencia total. Sus nombres son de tan triste memoria que es mejor olvidarlos, pues a pesar de ser nombrados por la oposición terminaron por unirse al enemigo.
No solo en Irapuato la Contraloría se convirtió en comparza de la autoridad en todos los municipios del Estado y por ello terminó por desaparecer tal como era originalmente. Ahora en lugar de ser nombrado por la primera mi minoría el Contralor es nombrado por el propio alcalde.
Por lo anterior el actual Contralor Guillermo Patiño Barragán podría ser el cambio o más de lo mismo. Aunque no lo nombró el PRI, pero los propios regidores de su partido han cuestionado su trabajo y en contraste el alcalde Ricardo Ortiz ha defendido su desempeño a capa y espada.
A un año de distancia del nuevo gobierno, hoy la autoridad municipal y la Contraloría tienen otra oportunidad de demostrar que la Contraloría tiene una razón de ser. Aún es tiempo de que el actual Contralor se saque la espina y demuestre que la Contraloría Municipal no fue y sigue siendo un total fracaso haber creado esta dependencia en el organigrama municipal.
Están pendientes casos escandalosos como las 6 vinaterías que se auto-adjudicaron 3 de los exfuncionarios de la pasada administración municipal. Está también pendiente que la Contraloría dé con el paradero de la ex directora del Parque Irekua para que comparezca por la irregularidades en esa obra magna del pasado trienio.
Ahora surge lo que parecer ser otro gran escándalo como es el permiso del edificio de los departamentos de lujo en Villas. Que se resuelvan o no estos casos y que se aplique justicia será el “cerrojazo” en la historia de la Contraloría Municipal en Irapuato.

