Editorial:
“POBRECITO MI EX PATRON, PIENSA QUE EL POBRE SOY YO”.
Quiero precisarle a Eulogio Francisco Rodríguez Murillo cada uno de sus exabruptos que profirió en su columna “pequeñeces” muy “ad-oc” de su periodismo arcaico:
No soy coeditor del “periodicucho Consecuencias” como usted lo manifiesta, soy Director Asociado. No somos un periódico de pocos lectores ni despreciable que es el término que usted profirió, solo porque usted nunca ha soportado la competencia y menos leal.
Entiendo su molestia de que en tan solo las primeras 10 de sus 54 ediciones CONSECUENCIAS.COM superó en las preferencias a su periódico El Independiente con más de 450 números. La penetración garantizada en impreso y redes sociales, nuestra vasta publicidad, nuestras noticias exclusivas de gran impacto y nuestras gustadas secciones hablan por sí solos.
A diferencia de su semanario de marras, CONSECUENCIAS. COM se encuentra debidamente registrado ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
El nombre del Periódico El Independiente ya existe en la ciudad de México, estando debidamente registrado. Aún a sabiendas de ello, usted está usufructuando un nombre que existe desde hace años y que no es de su propiedad.
Como usted lo menciona es cierto hace años tuve problemas legales. Les hice frente y quedaron debidamente resueltos.
A diferencia mía, usted enfrenta problemas legales por un fraude agropecuario en el estado de Nayarit. Gracias a un tecnicismo legaloide usted se salvó de pisar la cárcel, aunque podría ser solo temporal.
La Agencia del Ministerio Público Especializada en Exhortos y Colaboraciones perteneciente a la Subprocuraduría de Justicia Región B en Irapuato, le giró un citatorio pero a nombre de “Eulogio Rodríguez “. Usted se valió de este error en su nombre completo que es “Eulogio Francisco Rodríguez Murillo” para tramitar el Amparo Indirecto 161/2014 en el Juzgado Federal del Décimo Distrito con sede en Irapuato.
Usted le compró una cosecha de mango que nunca quiso pagarle al agricultor Miguel Ángel Aguirre propietario de una granja en la ciudad de Tepic, que después mandó vender a Canadá.
Al productor usted le argumentó que el mango había salido malo, pero nunca se lo quiso regresar.
Por ese motivo fue demandado por la vía penal por más de $ 600 mil pesos. El delito es considerado grave en aquel Estado, no alcanza derecho a fianza.
También dice, que yo le fui a pedir trabajo a su periódico de “marras “y se conmovió de mí. Hasta me dio –dice- “su amistad”, cuando para mí y mis compañeros solo fue un patrón déspota y tirano.
Otra más de sus mentiras. Yo nunca le fui a solicitar trabajo, usted me lo ofreció por medio de Eduardo Macías Noriega y José Luis Rangel Ramírez, reportero y reportero gráfico respectivamente. Por cierto ellos ya no laboran tampoco para usted.
Acudí a la cita. En ese tiempo yo era editor de la revista deportiva “Pasión Fresera”.
De entrada no era mi deseo quedarme a trabajar con usted por el bajo salario que de entrada me ofreció. Ello además de tener mala fama como patrón.
Al final usted me ofreció más salario para quedarme. Acuérdese que se quejó ante mí del poco respeto que le tenían a su periódico y por consecuente no contaba con ningún tipo de publicidad del Gobierno.
Gracias a mí hasta ahora la tiene, aunque son los únicos anuncios que le quedan. La situación insostenible de su periódico por sus serios problemas financieros están a la vista de todos.
Usted dice que en todos los medios salí con “cuentas mochas”. Otra más de sus mentiras seniles, pues qué caritativos son los periódicos que me han dejado libre con las “cuentas mochas” ¿verdad?.
Recuerdo que me inicié en el Diario de Irapuato con Rafael Loret de Mola, luego con usted en el Periódico El Pueblo. Por cierto algunos de los trabajadores le tomaron las instalaciones del tabloide por no quererlos liquidar conforme a la ley.
De la publicidad que usted dice que le cobraba a los ex diputados locales Sergio Carlo Bernal y Alfonso Ruiz Chico, aquí quiero precisarle. El dinero que ellos pagaban eran de anuncios cada quince días en la revista Pasión Fresera.
No era dinero para su periódico como usted falsamente dice. Uno de ellos le llevó copia de las facturas de Pasión Fresera de los que se cobraba.
Cuando me reclamó lo anterior se lo aclaré. No mienta por mentir.
Mala calaña es usted que nunca quiso afiliarnos a mí y a otros compañeros al Instituto Mexicano del Seguro Social además de ser un consumado evasor fiscal. Nos rebajaba impuestos pero nunca los pagó a la Secretaria de Hacienda y Crédito Público.
De que me dio las gracias, en eso tiene razón. La molestia que me argumentó fue que el periódico CONSECUENCIAS.COM era mío, cuando apenas el referido medio tenía dos y meses y medio en circulación.
La indemnización y mi sueldo no fueron un regalo de usted como lo quiere hacer ver, sino que yo lo devengaba por mi trabajo. Mi finiquito y salario son derechos que tuve como trabajador.
Pero usted siempre ha estado acostumbrado a pisotear la dignidad de sus trabajadores y a escatimarles sus prestaciones laborales. La verdad no entiendo cómo dice ser ferviente católico y hablar de religión hasta en sus artículos, cuando es lo que menos predica en su actuar.
Lo invito a que mejor aclare su intervención en el permiso de construcción del edificio de Villas de Irapuato. Porque le recuerdo que en “sus pequeñeces” nunca negó expresamente el señalamiento de ser el “gestor” de ese permiso que otorgó en el último día del pasado gobierno municipal.
De los errores se aprende para no volverlos a cometer, pero usted tal parece que no ha aprendido nada, sigue igual de mitómano.
Usted sostiene reincidentemente en sus dichos y escritos que fue un perseguido político casi “un mártir de la libertad de expresión”. La historia real de su huida a Canadá merece contarse en otra ocasión. Los políticos y ejecutivos de Bancomer de ese entonces aún viven y tienen buena memoria.
Con todo y su amenaza de continuar ésta discusión en los tribunales CONSECUENCIAS.COM no dejará de publicar sus noticias sustentadas con verdadero periodismo de investigación. Ello a pesar de quien se trate, aún así sea un competidor “que respira por la herida” porque no sabe perder.
